domingo, noviembre 25, 2007

Lecturas y humor.

Ando por estos días metido en cosas de literatura del humor y encuentro mucha dificultad en dar con autores en español que realmente escriban con esa finura de la vis comica que llaman los ingleses 'wit', si exceptuamos a Cervantes y alguno que otro, tal vez los galleros Cunqueiro, Cela, Torrente o, por aquí abajo, siempre olvidado, el chiclanero Fernando Quiñones. Entre mis clásicos sobresale siempre la novelita que leíamos en el piso de Santa Rosa el poeta Lupiáñez y yo mismo, El asno de oro de Apuleyo, cuyos ecos resuenan en el episodio de los pellejos como ya señaló don Francisco Ayala. Me ha sorprendido mucho el inglés Jerôme K. Jerôme (Tres hombres en una barca -por no nombrar el perro-). Jardiel tiene cosas pero no es tan británico, de humor tan perseverante como los ingleses, tienen golpes de humor, pero es que lograr la constante atmósfera de distanciamiento del narrador respecto a la realidad, que es lo que produce 'wit', no es nada fácil. La pretensión de solemnidad que, sin embargo, se convierte en juego y broma, como si fuera una mala imitación de lo que debería ser serio, lógico y sensato, es una de las fuentes de las situaciones de humor humano, no hiriente, como le gusta decir a Bryce Echenique.

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