En el dentista

Aunque siempre da un poco de aprensión lo de la visita al dentista, la verdad es que en las manos del amigo José María Pazos y con la ayuda de sus auxiliares, Cristina, Lidia, Mariola y Pastora, la cosa es mucho más llevadera: gracias a todas y a José María.

Cambiando de tema: los telediarios. Me parece estar viviendo en una sociedad vigilada, con una gran dosis de censura previa, como si las llamadas al silencio que el Gobierno no hace mucho realizó estuvieran siendo fervientemente atendidas por todas las cadenas de tv. Sin entrar en las cadenas amigas que pagamos todos, y la amiga de Prisa y la gran amiga Telecino, la que suelo ver, Antena3, me está sorprendiendo en la manera cómo va poco a poco empezando a bailar el mismo baile sin música de las otras cadenas.

Si lo quisiera decir con colores, creo que la crónica política, definida por el azul marino, cada vez tiene menos duración. En cambio, la crónica rosa crece y crece, acompañada de la crónica verde del deporte y la crónica amarilla de las tonterías. Todo es o rosa o verde o amarillo... ¡hasta que lo apago y todo se vuelve negro!

Lecturas

Acabo de leer, hace unos días, el libro de J. Sierra, La cena secreta, mucho mejor que La catedral del mar y, en líneas generales, mejor también que El Código da Vinci. Sin embargo me da la impresión de que El Código... supera al español por la gran variedad de escenarios donde la trama se va enredando, introduciendo cada variación del tema con unas transiciones menos perceptibles que las de la Cena secreta. La pericia narrativa casi cinematográfica de los anglosajones todavía nos gana.